Con motivo de la práctica obligatoria para la asignatura “Información Audiovisual Multimedia y Educación” a continuación expongo el trabajo que he realizado como aportación a la misma. Dicha práctica consiste en la realización del análisis de una fotografía publicada en prensa actual (de dos meses atrás a lo sumo) y establecer un análisis denotativo y connotativo en el que se traten cuestiones como las de la composición del plano, el peso visual o las sensaciones que puede producir la imagen. Como es previsible que la mayoría de los compañeros de clase publiquen en sus blogs fotografías relacionadas con la política y las Relaciones Internacionales en prensa, y en un afán de establecer una mayor diversidad temática, he preferido irme a otros terrenos más banales y en teoría (y sólo en teoría) menos relevantes para nuestra sociedad.
La imagen seleccionada para la práctica se ofrece a continuación, no obstante me reservo para la parte final de este post su procedencia y el contexto en el que se encuentra situada, pues así podría ser más productivo realizar por partes el análisis de la misma. Aunque bien puede ser fácil identificar al personaje que aparece en ella y el contexto en el que se envuelve, sería recomendable intentar olvidar por un instante que sabemos de quién se trata. Esto serviría de ayuda a la parte denotativa del análisis, que será por la que se dé comienzo a esta práctica.
Nos situamos ante una imagen que parece estar tomada con teleobjetivo u objetivo normal, aunque por el aspecto me aventuraría a decir que existe teleobjetivo. Una de las principales funciones que tiene el teleobjetivo es la de aislar al personaje principal de la fotografía de la misma manera que pretende realzarlo de alguna manera, dando así algún tipo de expresividad a la fotografía. ¿Podría estar esto directamente relacionado con algún tipo de intencionalidad expresiva relacionada con su contexto? Probablemente sí, pero no conviene adelantar acontecimientos. Lo que sí que puede apreciarse por el momento es que hay unos elementos que están mucho más realzados que otros, mostrando una nitidez y una expresividad mayores.
Antes de entrar en profundidad con otras cuestiones es necesario fijarse en el esqueleto estructural de esta fotografía: ¿Qué tipo de líneas predominan? ¿Nos indican estas movimiento, estabilidad, equilibrio o conflicto? Podemos ver ya desde el primer vistazo que se trata de una imagen en la que predominan las líneas rectas, y estas ya de por sí vienen a denotar una cierta simetría que es sinónimo de orden. Además, pueden apreciarse tanto líneas verticales como horizontales; las líneas verticales suelen indicar estabilidad, equilibrio y firmeza mientras que las horizontales suelen ser sinónimo de calma, reposo y seguridad. Existe una cierta ausencia de líneas inclinadas y líneas curvas por lo que no se puede apreciar ningún tipo de lucha, conflicto, movimiento… Si empezamos a analizar la foto teniendo en cuenta sólo su esqueleto estructural podría decirse que se trata de una imagen en la que predomina el reposo, la tranquilidad, el equilibrio y la firmeza.
¿Cuál es el elemento principal de la imagen y por qué motivos es claramente diferenciable del resto? A simple vista podemos ver cuál es el elemento de mayor peso. El ser humano que aparece en la zona inferior del encuadre es el elemento principal de la imagen, pero es necesario saber por qué. Existen una serie de factores predeterminados que pueden indicar que un elemento es más importante que otro aunque no se tiene por qué tener todos a su favor; en este caso podría decirse que factores como el tamaño, la profundidad de campo y el aislamiento son los que indican el claro protagonismo del elemento principal.
El tamaño está a su favor porque es sin duda el elemento más grande toda la fotografía; en la parte media y superior del encuadre se pueden observar una serie de elementos agrupados pero ninguno consigue tener su mismo tamaño. Por otra parte la profundidad de campo también influye bastante en este hecho; la persona que aparece en la fotografía aparece de una forma mucho más nítida y realzada que el resto de elementos que componen la imagen, pues la función del teleobjetivo ayuda en este caso a dejar en evidencia cuál es el elemento de mayor peso. Por si no quedara claro aun qué elemento es el que ‘pesa’ más, podemos acudir también al aislamiento, ya que es un elemento aislado tanto en espacio (está mucho más cerca del objetivo) como en forma; el resto de elementos parecen simples asientos de un graderío y por tanto son todos iguales, sin embargo el elemento principal es la única persona que aparece dentro del encuadre y por tanto tiene una forma completamente distinta.
Pero vayamos a la parte connotativa e intentemos pensar en qué tipo de sensaciones nos puede producir esta fotografía. Evidentemente no son sensaciones fuertes ni mucho menos, no es para nada una de esas imágenes impactantes a las que se le pueda sacar mucho ‘jugo’, pero sí que es cierto que provoca una serie de sensaciones que hacen pensar sobre la posible intencionalidad expresiva del autor. El espectro de sensaciones producido puede ser mucho más amplio si son varios los que comentan esta imagen pero las que me han producido a mí han sido básicamente las de tranquilidad, sosiego, apaciguamiento, estabilidad, calma y seguridad entre otras similares. Si ponemos en relación estas sensaciones producidas con las que se han mencionado en el análisis denotativo se puede observar que efectivamente existe una coincidencia.
Llega entonces el momento de destapar la identidad del personaje de la fotografía y el contexto en el que se encuentra inmensa. Como algunos habrán identificado desde el primer momento (sobre todo sin son futboleros) el personaje que aparece en la fotografía no es otro que Quique Sánchez Flores, el actual entrenador del club de fútbol Atlético de Madrid que fue situado en ese puesto hace tan sólo unas semanas. La fotografía, que cuenta con la autoría del fotógrafo Samuel Sánchez, está extraída de la versión digital de El País y pertenece a una entrevista realizada por José Marcos en el mismo estadio Vicente Calderón (de ahí los ‘elementos iguales’ del graderío del fondo). La pieza periodística tiene el siguiente titular: “ Quique Sánchez Flores: ‘No vengo a inmolarme’ ”, y la entrevista, en general, muestra una especie de mensaje tranquilizador hacia los aficionados del Atlético de Madrid ya que dados los pésimos resultados del equipo en el inicio de la temporada de fútbol lo que parece indicar es que ahora ha venido alguien a poner calma, tranquilizar a los seguidores y darles la suficiente seguridad para que crean que la situación es mejorable y se mejorará.
Todo parece entonces encajar: La situación y forma de los elementos, las sensaciones que produce la propia imagen en sí y el contexto en el que se encuentran “delatan” al fotógrafo Samuel Sánchez. La fotografía tiene una clara intencionalidad de servir de apoyo al mensaje tranquilizador que el entrenador de fútbol quiere mostrar a sus aficionados y al público en general a la vez que quiere buscar un fiel retrato del mismo. No es una fotografía informativa sino una fotografía expresiva que tiene una cierta intencionalidad.
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